0258 – La interiorización del mal

March 2, 2015

3 DE MARÇO DE 2015

¿Por qué algunas personas son duras como el acero y otras se doblegan como un junco? Mi hermana mayor tiene la teoría que la vida es como un recipiente que se va llenando, pero llega un momento en el que no cabe ni una brizna de sufrimiento más. Sin duda esta hipótesis cae por su propio peso, dependiendo siempre de con quién nos comparemos. Sin embargo, es cierto que la paciencia tiene un límite, incluso para quienes parecen resistir más. No se puede con todo y mucho menos cuando llevas la espalda cargada. Llega un momento que hasta la heroicidad se agota de viajar incansablemente por el desierto.

Ego2

Nos han vendido la sociedad del éxito, de la competencia, de la idealización del liderazgo con sus objetivos, resultados y rendimiento, pero lo que estamos sufriendo es la sociedad del cansancio. Nadie explica la real dimensión de la gestión del poder, ni las “cualidades” indiscutibles que se necesitan para alcanzarlo. Desde la escuela se nos enseña que tenemos que estudiar para “aprobar”, prepararnos para moldear nuestro carácter y personalidad a fin de asumir e interiorizar nuestra esclavitud al servicio del actual sistema. El mismo cuento de siempre; la sociedad necesita líderes “competitivos” y “mesiánicos” que dirijan nuestros pensamientos y a poder ser nuestros actos. Por el contrario saben, que enseñar la conciencia y la práctica de la libertad es un ejercicio peligroso y poco dado a la subordinación.

El filósofo coreano Byung-Chul Han, afincado en Berlín describe la situación actual de la siguiente forma: El hombre contemporáneo ya no sufre de ataques virales procedentes del exterior; se corroe a sí mismo entregado a la búsqueda del éxito. Un recorrido narcisista hacia la nada que lo agota y lo aboca a la depresión. Es la consecuencia insana de rechazar la existencia del otro, de no asumir que el otro es la raíz de todas nuestras esperanzas.”

 Coreano

Byung-Chul Han

Desde el primer momento se nos condena a una carrera sin fin y en solitario, donde la única recompensa (con suerte) es pagar las facturas. El hombre y la mujer de hoy se han visto finalmente abocados al sometimiento. En realidad ya no existen alternativas. Si quieres formar parte del circo, debes pagar el peaje. Recuerdo una ex directiva con la que trabajé que, a medida que fue disfrutando de los beneficios del poder, se fue alejando cada vez más de la realidad. Su perversión con el lenguaje era indignante. Utilizaba una cantidad de términos y de eufemismos para no llamar a las cosas como son realmente sorprendente. Causaba vergüenza ajena. Sin duda, lo más grave del asunto, es que era incapaz de entender que, a pesar de su posición, era tan esclava como aquellos a quienes sometía.

Toda su vida era un engaño, en realidad como la de casi todos. Pero ya se sabe que hay grados, incluso en la impostura. Tenía la inteligencia emocional de un mejillón, pero sabía como tenía que comportarse con cada uno de los que formaban parte de la jerarquía. Su estrategia se basaba en marcar territorio y en sumar contactos a su agenda. Su felicidad dependía de los VIPS que iba añadiendo a su vida como si se tratase de la savia que necesitan las plantas para su supervivencia. Conocer a gente de “Alto Standing” y bien posicionada era su prioridad.

Blog

Trabajó en la empresa privada, en agencias de comunicación y otros ámbitos sociales, donde ha medrado (gracias a su agenda) hasta las más altas cimas del poder. Supongo que es la recompensa a su desbordado patriotismo, obediencia y devoción. ¿Cómo es posible que esta gente sea un modelo a seguir? En todos sus trabajos anteriores ha sido considerada una excelente ejecutiva. Fue la mejor vendiendo seguros, solidaridad o humo. Nunca se cuestionó lo que tenía que ofrecer. Lo único importante eran los resultados y por consiguiente su meteórica ascensión a la cumbre de la nada.

¿Qué hace que la impostura de la sumisión sea tan bien considerada? ¿Por qué no analizamos el éxito y lo que representa? ¿Vale la pena todo ese esfuerzo sólo por conseguir una imagen y unos titulares? ¿Son en algún momento conscientes de su propia ficción?

El error no es conocer gente. Hoy no somos nadie sin contactos. El error es forzarlos de una forma poco espontánea y buscarlos sólo con la intención de que nos sirvan para medrar. A esta ejecutiva le salió de maravilla, pero el precio a mí entender fue demasiado alto.  Acabó viendo conspiraciones grotescas por todas las esquinas. Pues a esta clase de personas, – que aparecen en cualquier entorno social- el poder acaba por hacerles perder el criterio. Sin duda, son el paradigma de la expresión: “El soldado menos inteligente obedece mejor.”

 Bertrand-russell

Nunca he olvidado una reflexión que me confesó y que me ha servido para analizar la personalidad de aquellos que sienten ambición por el poder: “Yo en la vida rehúyo los problemas. No soy de plantearme grandes preguntas, lo que quiero es tranquilidad”. No tengo muy claro que la calma sea uno de las particularidades que definiría la vida en general, o el mundo empresarial y político. ¿Merece la pena las horas de esfuerzo, falta de sueño, estudio y dedicación a la causa? ¿Es el ego el máximo responsable de esta ceguera? ¿Ser indolente se supone una virtud? ¿El afán de tenerlo todo bajo control para tu propio beneficio es acaso un objetivo vital?

El escritor Byung-Chul Han subraya: “El narcisismo te hace perder la distancia hacia el otro. Dejamos de percibir su mirada. Frente al enemigo exterior se pueden buscar anticuerpos, pero no cabe el uso de anticuerpos contra nosotros mismos”. Y es que este modelo de poder controlador, patriarcal, autoritario, competitivo, ciego de envidia y miedo de perder visibilidad y reconocimiento, no sólo se alimenta de quienes lo ponen en práctica, sino de quienes con su silencio y complicidad, en su posición de esclavitud, avalan su existencia.

Capitalismo

El sistema es de una perversidad aplastante. La interiorización del mal es consecuencia del régimen neoliberal que ha logrado algo muy importante: ya no necesita ejercer la represión porque esta ha sido interiorizada. B.C. Han en su próximo libro “La Agonía del Eros” se muestra todavía más implacable: “El sistema neoliberal obliga al hombre a actuar como si fuera un empresario, un competidor del otro, al que solo le une la relación de competencia”. Hoy, sin embargo, “la violencia, que es inmanente al sistema neoliberal, ya no destruye desde fuera del propio individuo. Lo hace desde dentro y provoca depresión o cáncer.”  Por primera vez en la historia ya no existe la polarización ideológica, nos hemos convertido en nuestros propios enemigos. Todos somos esclavos, solo que algunos – los que se han quedado con la mayor porción de la tarta no sienten la necesidad de comprenderlo.

 El roto

Mantener una conciencia crítica y un montón de interrogantes, sigue siendo para elestablishment una cuestión de debiluchos susceptibles. Lo realmente importante ahora es preocuparse principalmente del YO egoísta. Es el triunfo del capitalismo más salvaje sin paliativos. No son capaces de ver que aún existen individuos que no se marchan de las organizaciones o compañías, sino que huyen de las malas personas y de quienes ejercen el poder de forma nefasta. Los mejores dirigentes saben que cuando se concentran en las pequeñas cosas, las grandes salen solas. ¿Pero como van a ocuparse de ellas si sólo centran su atención en sus propios egos?  Nos enfrentamos ante un sistema donde la soledad, la ambición desmedida y la incapacidad para percibir al otro y a la otra, nos condenará al agotamiento. Debemos reinventar nuestra humanidad y comprender de una vez por todas que no podemos permitirnos el lujo de vivir sin los demás. Somos algo gracias a los otros. 

Formamos parte de un sistema político, económico y social, enemigo de la equidad y la justicia. El neocapitalismo ha ganado la batalla enmascarado de democracia formal, pero torticera, desmemoriada y quebradiza. Ocurra lo que ocurra, debemos tomar conciencia de qué queremos ser. Y que nos está pasando.  ¿Existimos con el único fin de producir al servicio del sistema? ¿A qué precio?

 

0204 – Para compreender Michel Foucault

Outras Palavras

http://www.cartacapital.com.br/blogs/outras-palavras/para-compreender-michael-foucault-9711.html

Para compreender Michel Foucault

Há trinta anos, morria filósofo-ativista que recusou papel de líder, mas estimulou a transgredir “verdades” fabricadas e eternizadas pelo poder. Por Bruno Lorenzatto
por Bruno Lorenzatto — publicado 25/06/2014 16:44, última modificação 26/06/2014 12:43
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Michel Foucault fala ao megafone ao lado de Jean-Paul Sartre, em manifestação

[Este é o blog do site Outras Palavras em CartaCapital. Aqui você vê o site completo]

“Mostrar às pessoas que elas são muito mais livres do que pensam, que elas tomam por verdadeiro, por evidentes, certos temas fabricados em um momento particular da história, e que essa pretensa evidência pode ser criticada e destruída.”
(Michel Foucault)

Há trinta anos, em junho de 1984, morria em Paris Michel Foucault. Um pensador do século XX que inventou certo modo radical de pensar, que atravessa este início de século: suas reflexões permanecem fundamentais para os movimentos de contestação política e social; para todos aqueles que desejam “saber como e até onde seria possível pensar de modo diferente”.

Foucault participou teórica e praticamente dos movimento sociais que poderíamos chamar de vanguarda de seu tempo, sobretudo durante as décadas de sessenta e setenta: a luta antimanicomial (sua experiência num hospital psiquiátrico foi uma das motivações que o levou a escrever História da Loucura); as revoltas nos presídios franceses (junto com Gilles Deleuze criou o GIP – Grupo de Informação sobre as Prisões, que buscava dar voz aos presos e às outras pessoas diretamente envolvidas no sistema prisional; com base nessa experiência escreveu Vigiar e Punir); o movimento gay (uma das motivações para sua História da Sexualidade).

O pensador francês também escreveu artigos para jornais e revistas no calor da hora sobre acontecimentos importantes, deu conferências e entrevistas em diversos países, inclusive no Brasil. Contrapunha seu papel de intelectual ao “intelectual universal”, isto é, uma espécie de líder que pensa pelas massas e as dirige para a “verdadeira” luta. O filósofo via a si mesmo como um “intelectual específico”, aquele que em domínios precisos contribui para determinadas lutas em curso no presente. Parafraseando Deleuze, Foucault foi o primeiro a ensinar a indignidade de falar pelos outros.

Ele dizia que suas pesquisas nasciam de problemas que o inquietavam na atualidade: evidências que poderiam ser destruídas se soubéssemos como foram produzidas historicamente; por isso fez da ontologia (o estudo do ser, um modo de reflexão geralmente desligado da realidade histórica, uma vez que busca princípios – as ideias, para Platão; o cogito, para Descartes; o sujeito transcendental, para Kant – que antecedem e, por assim dizer, fundam a história) uma reflexão em cujo cerne está o presente e, portanto, a investigação histórica.

Através de estudos transdisciplinares (e não entre disciplinas, pois trata-se de colocar em questão os limites entre elas), Foucault deu forma a uma crítica filosófica que recorre sobretudo à pesquisa histórica, para questionar as maneiras pelas quais certas verdades e seus efeitos práticos vieram a se formar e se estabelecer no presente.

Questionava assim os sistemas de exclusão criados pelo Ocidende quando do início da época moderna (na cronologia de Foucault, desde fins do século XVIII):

– o saber médico e psiquiátrico – a patologização e a medicalização como formas modernas de dominação sobre seres economica e socialmente inconvenientes, os loucos;

– o nascimento das ciências humanas e da filosofia moderna como saberes que atestam a invenção do conceito de homem, transformando o ser humano, ao mesmo tempo, em sujeito do conhecimento e objeto de saber: o grande dogma da modernidade filosófica;

– a prisão e outras instituições de confinamento (tais como a escola, a fábrica, o quartel) não como um avanço nos sentimentos morais e humanitários, mas como mudança de estratégia do poder, que visa o disciplinamento e a docilização dos corpos;

– a sexualidade como dispositivo histórico de objetivação (o indivíduo como objeto de saber e ponto de aplicação de disciplinas) e subjetivação (o modo segundo o qual o sujeito se reconhece enquanto tal) do corpo, através dos quais se implica uma verdade essencial do homem. Não deixa de ser notável o fato de o Ocidente ter inventado um ritual singular segundo o qual algumas pessoas alugam os ouvidos de outras (os psicanalistas) para falarem de seu sexo.

Às suas pesquisas, ele chamou ontologias do presente: um modo de reflexão, segundo Foucault iniciado por Kant, em que está em jogo o vínculo entre filosofia, história e atualidade. A tarefa de pensar o hoje como diferença na história. Mas se a questão para Kant era a de saber quais limites o conhecimento deve respeitar (os limites da razão), em Foucault a questão se converte no problema de saber quais limites podemos questionar e transgredir na atualidade, isto é, “dizer o que existe, fazendo-o aparecer como podendo não ser como ele é” (2008, p. 325).

Nesse sentido, o filósofo procurava dar visibilidade às partes ocultas que formam o presente e os fragmentos de narrativas que nos constituem lá mesmo onde não há mais identidade, onde o “eu” se encontra fracionado pela história plural que o engendrou. De modo que esse questionamento histórico-filosófico não nos conduz à reafirmação de nossas certezas, de nossas instituições e sistemas, mas ao afastamento crítico dessas instâncias e de si próprio como exercício ético e político. Como indica Deleuze (1992, p. 119): “a história, segundo Foucault, nos cerca e nos delimita; não diz o que somos, mas aquilo de que estamos em vias de diferir; não estabelece nossa identidade, mas a dissipa em proveito do outro que somos”.

A história (não a narrativa histórica ou a escrita da história, mas as condições de existência dos homens no decorrer do tempo, que lhes escapa à consciência), não é da ordem da necessidade; ela diz respeito à liberdade, à invenção; pertence à ordem mais da casualidade do que da causalidade; é feita mais de rupturas e violência do que de continuidades conciliadoras. Esse modo de conceber a história se opõe à imagem tranquila que a narrativa histórica tradicional criou: a história do homem como a manifestação de um progresso inevitável – o lento processo de realização de uma utopia –, que seria alcançado após o iluminismo pela aplicação dos métodos racionais. Como se a ciência, o pensamento e a vida estivessem continuamente mais próximos de verdades que aos poucos são reveladas como o destino final do homem.

Se os estudos de Foucault mostram que os seres humanos não dominam os acontecimentos que constituem o solo de suas experiências, eles atestam ao mesmo tempo que, no espaço limitado do presente, as pessoas dispõem da possibilidade de questionar o que muitas narrativas apresentam como necessário, assim como as formas de poder e dominação que se pretendem absolutas.

Os procedimentos de Foucault postulam, tal como Nietzsche descobrira no final do século XIX, que é possível fazer uma história de tudo aquilo que nos cerca e nos parece essencial e sem história – os sentimentos, a moral, a verdade etc. Essa descoberta indica que, mesmo esses elementos aparentemente universais ou imunes à passagem do tempo, se dão como contingências históricas, como coisas que foram criadas em um dado momento, em circunstâncias precisas.

Trata-se, assim, para Foucault, de pensar a história de determinadas problematizações: a história de como certas coisas se tornam problemas para o pensamento, dignas de serem pensadas por um ou outro domínio do saber e, através de formas de racionalização específicas, verdades são fabricadas. De maneira que suas pesquisas mostram que nossas evidências são frágeis e nossas verdades, recentes e provisórias.

Textos citados:

FOUCAULT, Michel. Estruturalismo e Pós-estruturalismo 1983. Ditos e Escritos II, Arqueologia das Ciências e História dos Sistemas de Pensamento, Trad. Elisa Monteiro, Rio de Janeiro: Forense, 2008.

DELEUZE Gilles. A vida como obra de arte, Conversações. Ed. 34, Rio de Janeiro, 1992.

Link para o filme “Foucault por ele mesmo”:https://www.youtube.com/watch?v=Xkn31sjh4To

0162 – Visão da ética

http://www.google.de/imgres?imgurl=https%3A%2F%2Flh4.googleusercontent.com%2F-FuT8vGnnN00%2FTWrgVlgXLbI%2FAAAAAAAAARg%2FVtj3nKJSQwU%2Fs1600%2Fetica1.bmp&imgrefurl=http%3A%2F%2Fcidinhascarpin.blogspot.com%2F2011%2F02%2Fvisao-da-etica.html&h=398&w=500&tbnid=2jmOpGDvQgZ3dM%3A&zoom=1&docid=BbIKEjBI2PXmHM&ei=U5wpVeTLAcOmNuaagNgH&tbm=isch&iact=rc&uact=3&dur=1385&page=10&start=219&ndsp=24&ved=0CG8QrQMwIzjIAQ

CIDINHA SCARPIN, 27/02/2011

Mestre em Contabilidade e Controladoria. Contadora. Bacharel em Ciências Contábeis. Licenciatura em Psicologia.

O homem é livre, mas responsável. Cada ação que se pratica traz resultados que é preciso levar em conta. Talvez o essencial numa ética para nosso tempo, seja isso segundo Renato Janine Ribeiro que escreveu um artigo na  folha de São Paulo : “já não respondemos apenas por nossa “intenção”, pelo que nos parece ser a causa interior de agirmos de tal ou qual modo. Respondemos por bem mais: pelos resultados previsiveis de nossa ação”. Uma obrigação de lucidez é essencial hoje na ação ética. Se tivermos um elenco de coisas permitidas e proibidas, se nos disserem o que é certo ou errado, é mais tranquilo, é um consolo! Apenas tem-se que obedecer à lista!  Ainda no artigo da Folha o autor coloca que grandes estudiosos e pensadores comprovaram com estudos sérios do homem e da sociedade…é que as ações não podem ser estudadas de maneira isolada. A moral tradicional tende a afirmar que umas condutas são boas e outras não . Mas o que se aprendeu com as ciências do homem é que nenhum ato é bom ou mau em si. Mais ainda, que nenhum ato isolado significa nada. para que uma ação faça sentido, ela se engrena num processo, numa história: tem um passado e um futuro. Por exemplo, em tese o certo é dizer a verdade e o errado mentir. Mas será justo responder com a verdade a um assassino que procura sua vítima? Não posso julgar minha ação sem considerar o que ela produz. Não posso avaliar um ato isolado sem olhar o processo do qual ele faz parte.
Qualquer exame da história , ou mesmo  a simples experiência de vida, já mostra quantas vezes o bem gera o mal, ou o inverso. Essa percepção de que bem e mal se misturam, no correr de uma história, no desdobrar-se de uma vida, talvez seja uma das noções que mais concorreu para definir a modernidade , ao romper com os quadros mentais herdados da idade Média. Quando Maquiavel observou que a crueldade de um principe às vezes faz os súditos sofrerem menos do que a bondade atabalhoada de outro. Não estava defendendo a prática do mal, mas apenas, abrindo espaço para relativizar este conceito, vendo-o numa perspectiva mais ampla, a da sociedade e a da história.
Assim o dado essencial da ética, hoje, é a dificuldade de se dizer qual a melhor ação: o preço da liberdade é a angústia de quem tateia por uma resposta. Num mundo em que sumiram as velhas verdades dadas, o sujeito ético sente-se tão perdido como um estranho no meio da cidade grande.É dificil eliminar essa dor  e perplexidade. Qualquer autêntica preocupação com a ética  terá que lidar com bem mais que a lista do certo e errado, da honestidade versus desonestidade. Não pode se reduzir a examinar fatos isolados , mas precisa considerar como eles se engrenam na vida de um povo, ou na história de numa pessoa: como concorrem para a liberdade, ou a escravidão, para a miséria ou o fim desta. Estas questões são dificies, até porque não existe uma divisão  em que o bem esteja de um lado e o mal de outro, e a escolha é sempre dolorosa . Mas dessa dor, que está na raiz da liberdade humana , que decorre do fato de termos a cada opção de abrir mão de algo, ninguem nunca nos isentará.
Até o proximo post!!!!

 

0069 – A caverna que insistimos em permanecer

http://obviousmag.org/carlosalves/2015/03/a-caverna-que-insistimos-em-permanecer.html

A CAVERNA QUE INSISTIMOS EM PERMANECER

Acredito que se fosse dado a todos os seres humanos a oportunidade de pensar da maneira mais autônoma possível, teríamos saído da caverna (referência ao mundo das aparências), conforme Platão ilustra em sua obra A República, na passagem sobre o “Mito da Caverna”. A grande questão é: Estamos dispostos a sair de nossas cavernas e nos deixar guiar pela luz do sol que ilumina o mundo exterior a essas cavernas?

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O assunto que desejo abordar é um pouco complexo. O que não deveria ocorrer, caso tivéssemos uma educação que valorizasse as ciências humanas e a filosofia. Infelizmente, nossa sociedade não foi ensinada sobre a importância de entender o mundo a partir de conhecimentos que analisam os vários fenômenos sociais que estamos ligados direta ou indiretamente. Como consequência, um povo altamente despolitizado.

As redes sociais possibilitaram, dentre outras coisas, evidenciar a grande dificuldade das pessoas em assimilar conceitos básicos para o bom entendimento do que são as diversas correntes ideológicas e suas divisões. Muitos, por exemplo, afirmam ser marxistas sem ter lido sequer uma obra de Karl Marx ou de alguém que procure elucidar o pensamento deste autor. Como não bastasse, aqueles que se dizem discordar das ideias do referido pensador, muito menos. Entretanto, ambas as partes se acham no direito de expressar suas impressões sobre Marx, sem ter o mínimo conhecimento prévio para dialogar com alguém.

Não estou aqui a afirmar que essas pessoas não deveriam dizer nada. Muito pelo contrário, elas devem dizer o que pensam. Mas devem fazê-lo com propriedade, conhecer o que de fato defendem. Se não, torna-se o que chamamos de doxa, ou seja, uma opinião baseada no senso comum, sem nenhuma reflexão sobre este ou aquele assunto. Tendo apenas a intenção de perpetuar tradições, preconceitos e, na maioria das vezes, justificar discriminações.

A mídia, em especial as que pertencem aos grandes grupos corporativistas, contribui para essa (de)formação que leva a maior parte da população, até mesmo grande parte da mais “letrada”, a um estado de espírito incapaz de ver além das linhas do horizonte, de conseguir fazer um leitura crítica da realidade em que está inserido.

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Os meios de comunicação que tanto falamos serem ferramentas que aproximam as pessoas, e, com a globalização e o advento da internet, nos permitem saber, quase em tempo real (ou real mesmo), o que se passa em qualquer canto do planeta, também são utilizados para distanciar indivíduos do conhecimento fundamentados na análise crítica, na observação e no uso da razão, a episteme.

Acredito que se fosse dado a todos os seres humanos a oportunidade de pensar da maneira mais autônoma possível, teríamos saído da caverna (referência ao mundo das aparências), conforme Platão ilustra em sua obra A República, na passagem sobre o “Mito da Caverna”. A grande questão é: Estamos dispostos a sair de nossas cavernas e nos deixar guiar pela luz do sol que ilumina o mundo exterior a essas cavernas?

Essa luz do sol, que podemos entender aqui como o conhecimento, está à disposição de todos aqueles que a buscam, talvez muitos podem, assim, dizer. No entanto, por se encontrar numa caverna, na caverna individual de cada ser, só se poderá ter contato com essa luz através da decisão de ouvir aquele que se libertou das correntes, que são as opiniões (doxa), e deseja mostrá-las aos demais.

Na metáfora de Platão, trata-se do filósofo que, por meio da filosofia, se libertou dos preconceitos e conhecimentos errôneos, e quer dar a oportunidade aos outros de adquirirem conhecimentos. E não é um conhecimento doutrinário ou do estilo autoajuda, os quais dependem de alguém iluminado, superior, que conduz as pessoas ao bem maior. A filosofia, na verdade, propõe fazer dos homens e mulheres seres autônomos intelectualmente. Quer dizer que, ao invés de se guiarem pelo o que lhe é dito, eles e elas construirão sua própria forma de ver o mundo, longe de superstições e aparências.

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O termo “filósofo” significa literalmente “amigo da sabedoria”. Neste sentido podemos dizer que filósofo é muito mais do que um título acadêmico. É alguém que ama tanto o conhecimento que busca a todo o custo adquiri-lo, pelo simples prazer de aprender. Eis aqui o problema maior: há uma campanha crescente, digo sempre, para que as pessoas não tenham o estímulo necessário para aprender. E não é à toa! “Seria uma atitude muito ingênua esperar que as classes dominantes desenvolvessem uma forma de educação que permitissem às classes dominadas perceberem as injustiças sociais de forma crítica”, disse Paulo Freire. Diga-se de passagem, que este grande intelectual e educador, foi alvo de críticas das manifestações ocorridas nas últimas semanas. O que me causou um choque, pois, independente de sua orientação política, as contribuições dele para a educação foram e são relevantes.

Seja como for, o caminho de volta à caverna começou a ser seguida por muita gente que prefere se acomodar no meio da escuridão do que sentir a dor que a claridade provoca, no início, quando em contato com a luz. Esquece que tal dor é passageira. Assim que os olhos se acostumam, perceberá que há um mundo fantástico a ser compreendido e desvendado.

É uma pena ver que a mídia deseja nos ver presos às ideologias que nos escravizam e nos mantém longe de todo o conhecimento que poderia beneficiar a humanidade. Bom, nem sempre causa algum bem. Mas, ao menos, viabiliza tentar um mundo melhor.

© obvious: http://obviousmag.org/carlosalves/2015/03/a-caverna-que-insistimos-em-permanecer.html#ixzz3VY7BgKX5
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