0231 – Afinal, pelo que as mulheres têm tesão?

FONTE EOH 
http://www.entendaoshomens.com.br/afinal-pelo-que-as-mulheres-tem-tesao/
Afinal, pelo que as mulheres têm tesão?

A pergunta que jamais calou (e ainda está longe de calar) no século XXI: O que as mulheres querem? De psicólogos a poetas, todos formularam infinitas teorias para tentarem explicar o mistério, e confesso que ainda não compreendi. Mesmo sendo mulher, e amando sê-lo, prefiro estudar todas as leis da metafísica do que tentar explicar as razões de uma TPM.

Mas quando o assunto é tesão, eu me arrisco a um palpite. Portanto, homem, antes de continuar essa leitura, esquece esse bíceps. Juro, pode esquecer. Você não deve a ele nem uma ínfima porcentagem de mulheres (veja bem, mulheres) com as quais você transou.

Aquela última, lembra? Provavelmente sentiu-se atraída pelo seu cheiro ou pelo modo como você fumava, ou pelo tom da sua voz quando disse “alô” ao telefone. Talvez pelo seu andar, pela combinação jeans + camiseta branca, pelo modo como você dirigia enquanto acariciava a coxa dela ou pelo seu papo espirituoso. Enfim, existem milhões de possibilidades que podem tê-la deixado molhada logo que pôs os olhos em você, mas isso provavelmente não teve muito a ver com o seu bíceps – ou com a sua conta bancária, se é nisso que você está pensando.

Não dá pra explicar – como todas as coisas maravilhosas na vida – o que é que leva alguém a sentir tesão. Se fosse assim, ninguém precisaria se masturbar. Teríamos uma legião de comedores e comedoras que não passam vontade. (E, cá pra nós, temos mais punheteiros na face da terra do que grãos de areia no mar.)

A verdade é que tem muita gente errando nos elementos afrodisíacos, por assim dizer. Calma – no vinho você tem acertado. O erro está – na minha humildíssima opinião – no modo como as pessoas costumam conquistar. Cultivando o artificial e deixando a naturalidade de escanteio. Calma de novo – Não há nada de errado com ir à academia, antes que os marombas de plantão comecem a me bombardear. Mas eu, como mulher, posso contar: A maioria das mulheres quer dar para homens sensíveis e seguros. Não, não existe um manual quilométrico. Pode acreditar em mim: Existe, apenas, um charme natural a ser cultivado. O seu charme.

Só se pode ter uma certeza quanto a isso: Não há receita pronta. Não se trata de ter um pau grande e viril, um abdome sarado, uma barba sedutora ou seja lá o que for. Tesão é instintivo demais para obedecer um padrão. Ele vem de uma conversa na hora certa, de um olhar que diz algo que a outra pessoa consegue, imediatamente, captar. De um cheiro que faz ela querer chegar mais perto ou de um abraço despretensioso que funciona como uma amostra grátis do que você pode proporcioná-la (sim, nós observamos isto).

As mulheres que vão te proporcionar um sexo gostoso não sentem tesão por paus em tamanhos inacreditáveis ou bíceps bem definidos. Sentem tesão pela sua história, pela sua voz, pelo som da sua risada, por qualquer detalhe seu que tenha uma conotação sexual (não proposital, evidentemente). Mulheres bem resolvidas não querem dar pra um pau, pra um bíceps ou um par de coxas. Querem dar a um homem: Com vivências e peculiaridades, capaz de proporcionar experiências que vão (muito) além do orgasmo.

 

0194 – La clave del capital erotico

La clave del capital erótico

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La clave del capital erótico

FONTE REVISTA DE CULTURA

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Catherine-Hakim-clave-capital-erotico_0_900509960.html

La socióloga británica Catherine Hakim critica aquí a las feministas, defiende la belleza y está a favor de despenalizar la prostitución.

MARILYN. Ella poseía atractivo físico, sexual y encanto social.

Las ideas de Catherine Hakim pueden resultar más complejas de lo que a simple vista parecen: su defensa de la belleza, a la vez que su apoyo de la despenalización de la prostitución, van de la mano con su dura crítica al feminismo clásico y la teoría queer –en particular a la obra de Judith Butler, a la que considera “irrelevante y redundante”. Esta visión sociológica de Hakim ha visto la luz con la edición de Capital erótico (Debate), ensayo donde plantea estas ideas con la fuerza de cifras, investigación sistemática y reflexión consistente.

El debate de Hakim es multipolar y eso es lo que lo torna rico: su demolición del feminismo es, al mismo tiempo, una daga en la cultura patriarcal machista (ambas terminan apoyando las mismas causas contra la belleza y la sexualidad, afirma). La mirada respecto del empoderamiento de la mujer puede resultar sólida, para la autora, si, lejos de negarse la superficie y lo que el capital erótico trae per se , se lo torna un activo central en ese combate. Allí es donde la propia Hakim también puede ser leída, paradojalmente, como una suerte de feminista o posfeminista. Resulta clara la filiación y la necesidad de la autora de partir de datos contrastables y no de meras opiniones o “juegos mentales”, allí las cifras son el puntapié inicial para comenzar a repensar esta investigación de la mano de Pierre Bourdieu, espacio donde ella se asienta y lo manifiesta. Alambicada desde una sociología multidisciplinaria, la cientista social británica se explaya en torno a las siete invariantes o elementos del denominado capital erótico, a saber: el atractivo físico (en francés, belle laide o beau laid ), el atractivo sexual o sex-appeal, la gracia o encanto social, la vitalidad (fortaleza física, energía y buen humor), la presentación social (vestimenta, cosmética, look en general), la performance sexual (energía libidinal, habilidad con el partenaire), y, por último, la fertilidad (en ciertas culturas). A partir de esta combinación de atributos es que Hakim da cuenta del activo personal en torno a lo que se podría denominar una política del deseo, donde se conjugan tradiciones como el libertinismo, el hedonismo, el dandismo o el anarquismo. Sobre estos y otros temas, la autora dialogó y amplió su perspectiva, sin evitar la polémica y justificando su mirada.

-¿Cómo define los atributos centrales del concepto de capital erótico?
-El capital erótico es la combinación del atractivo físico que genera toda interacción social. Si entiende el poder del capital erótico y el potencial que otorga en todas las situaciones sociales, indudablemente será exitoso en el trabajo, sus amistades, la política y la vida privada. La noción de capital erótico está conformada por seis elementos: la belleza facial, el sex appeal (un buen cuerpo), el charme, la vitalidad, la elegancia y la sexualidad. Es imposible definirlo separando estos seis elementos, tiene que comprenderse como un todo. Por ejemplo, los informes más interesantes que he estudiado para mi libro vienen de la Argentina: estos muestran que el atractivo físico y lo social están íntimamente relacionados. Las personas más hermosas tienen mejores habilidades sociales, y viceversa.

-¿En qué sentido las ideas de Pierre Bourdieu influyeron en su investigación?
-Pierre Bourdieu identifica sólo tres características personales: el capital económico (monetario), el capital humano (cualidades y aptitudes) y el capital social (buenos contactos y relaciones). Al ser hombre falló en dar cuenta de la cuarta variable del capital, que es la erótica. Originalmente, yo creí que sólo era importante en las relaciones privadas, pero cuando comencé a investigar descubrí que es importante en el ámbito laboral, los deportes, la política, las artes, el marketing e incluso en las universidades. De hecho, en todas las áreas de la vida.

-¿Cuál es su principal crítica al feminismo clásico?
-Desde que el capital erótico es tan influyente en la vida, tendríamos que preguntarnos porque no fue reconocido por los investigadores sociales (la mayoría son hombres, y ese dato no es menor). La hegemonía patriarcal es la primera explicación. Desafortunadamente, muchas feministas radicales coinciden con la visión patriarcal y machista, y, de alguna manera, paradójicamente terminan apoyando sus ideas que denigran la belleza y la sexualidad.

-Sin embargo, algunas feministas acuerdan con la belleza, o incluso la pornografía y la prostitución, ¿no se siente cercana a esa visión?
-Sí, desde luego, acuerdo con ellas. De todos modos, muestro que los hombres se benefician más del capital erótico que las mujeres. Mi perspectiva va mucho más allá y explica este fenómeno de un modo más comprensivo. Ofrezco una teoría completa del capital erótico y su creciente influencia en todas las áreas, desde lo social, a lo económico y la vida política del siglo XXI.

-En su libro brinda argumentos a favor de la legalización de la prostitución. ¿Acuerda con la política de los países que la han despenalizado?
-La Oficina Internacional del Trabajo (un cuerpo de las Naciones Unidas) realizó el estudio más extenso y complejo de la industria del sexo que jamás se hizo (The Sex Sector en 1998, por L. L. Lim). Allí concluyen que la criminalización y prohibición no tienen ningún propósito útil y son completamente ineficaces. Yo estoy de acuerdo con la despenalización de la prostitución y admiro las políticas holandesas como las más civilizadas y mejor informadas en comparación con las políticas de Suecia, por ejemplo, que simplemente exportan su demanda a Tailandia y otros países del Sudeste asiático.

-¿Cuál es el rol del hombre y la masculinidad frente al capital erótico de la mujer?
-Los hombres dan cuenta más que las mujeres de su capital erótico. Todos los estudios lo demuestran. Los actores de Hollywood lo hacen notorio en sus inversiones en esta materia. Los homosexuales siempre lo han hecho (el cuidado de su aspecto físico y su belleza siempre fue central), pero ahora los heterosexuales también lo hacen para elevar la demanda entre sus partners.

-¿Está interesada en la teoría queer y en pensadoras como Judith Butler?
-La mayoría de las intelectuales que escriben sobre sexo y sexualidad (incluidas feministas como Judith Butler) realmente saben muy poco o nada sobre la realidad de la vida sexual en la población y en todas las culturas. Dan sus propias opiniones o meras especulaciones y juegos mentales filosóficos –que tienen una pequeña o nula conexión con la realidad cotidiana. El hecho de que cada uno de nosotros ‘performemos’ nuestra masculinidad o feminidad (como señala Butler) no niega que la heterosexualidad sea aceptada como norma y preferencia por el 95% de la población y estructura las sociedades y relaciones sociales. Sólo el 5% restante se reconoce abiertamente homosexual o bisexual. Así como los hombres gay se sienten incómodos no sabiendo si otro hombre es homosexual o no, los heterosexuales sienten la misma incomodidad al no conocer la orientación sexual de los demás (así sea por completo irrelevante). Mucha de la filosofía del género carece de sentido para la vida presente. Como socióloga, me interesan los hechos concretos bajo los cuales las personas viven su vida y la piensan. Las ideas de Judith Butler me parecen poco relevantes, redundantes e inútiles para cualquier práctica o propósito. La biología y otras ciencias nos dicen cuestiones más concretas y lúcidas sobre el género, la sexualidad o la testosterona que la teoría queer.

-¿Cuál es su visión de la monogamia y el amor romántico?
-La monogamia y el amor romántico son ideas que se encuentran en todas las sociedades y culturas occidentales. Del mismo modo, todas las sociedades reconocen la belleza, elegancia, vitalidad y carisma, es decir, el capital erótico como un valor deseable. Pero sólo es en el mundo Occidental puritano y patriarcal donde se ha denigrado la belleza y la sexualidad, y se las ha visto como algo peligroso y pecaminoso, incluso tratado como algo erróneo y vergonzante.

0090 – M. Neira: “Se nós, putas, falássemos, … o casamento entraria em colapso”.

Montse Neira: “Se nós, putas, falássemos, a instituição idílica do casamento entraria em colapso”

MONTSE NEIRA: “SE NÓS, PUTAS, FALÁSSEMOS, A INSTITUIÇÃO IDÍLICA DO CASAMENTO ENTRARIA EM COLAPSO”

(Toni Garriga - EFE)

Publicado originalmente em 20 Minutos

Montse Neira, 52, exerce a prostituição há 22 anose acaba de desvelar sua vida em um livro. “Apesar de não ser uma profissão idílica”, diz ela, permitiu-lhe “que saísse da pobreza, fosse feliz e estudasse.”
Neira, que há poucos anos formou-se em Ciência Política na Universidade Autônoma de Barcelona, explicou: “As prostitutas são mulheres como as outras, com os mesmos desejos e necessidades, com a nossa família, os nossos filhos e os nossos problemas, e nosso único pecado é o desejo de deixar de ser pobre”.  “A sociedade tem nos estigmatizado e considerado escória em grande parte pela moral judaico-cristã vigente”, disse a escort Neira, que antes de divulgar a sua profissão e sua identidade trabalhava sob o nome de Marien.

Em seu livro, Una mala mujer, publicado por Plataforma Editorial, Neira mostra alguns dos prós e contras da profissão mais antiga do mundo, longe da abordagem sórdida e miserável que muitas vezes se reflete na mídia. Em uma história admirável, a prostituta, que começou em lugares decadentes, deixou-se enganar por cafetões, passou a atuar em lugares melhores e até conseguir tornar-se independente, descreve uma infância marcada pela infelicidade e pobreza: estupro aos 12 anos, um pai alcoólatra, várias mágoas e empregos precários. Depois de um casamento fracassado, desempregada, encontrou um anúncio na sessão ‘relax’ de classificados e a partir daí começou a exercer a profissão em um apartamento de encontros – e descobrir que as mulheres que ali trabalhavam não eram piores do que as companheiras que antes havia conhecido em outras profissões. E descobriu algo mais: “Há no mundo não só a carência de sexo mas a de afeeto, e que se as putas falássemos, a instituição idílica do matrimônio entraria em colapso”, destaca Montse Neira.
“A prostituição é um pacto entre adultos no qual se dá sexo e afeto em troca de dinheiro, todo o resto é crime”, define Neira sobre sua profissão, e pede a regulamentação (do trabalho sexual) para que os empresários do setor não possam livremente impor suas condições às trabalhadoras sexuais.

Montse Neira incentiva a todas as prostitutas “que não se envergonhem, que não tenham medo de ser julgadas pelos demais por que as pessoas que gostam delas seguirão gostando, e sobretudo que não tenham medo por que não estão fazendo nenhum mal”.

Ativista social e Política

Desde que se formou em Ciêncas Políticas, Neira mescla seu trabalho sexual com um ativismo social e político a favor das prostitutas que trabalham na rua ou em piores condições que ela e participa ativamente, dentre outras, da campanha contra o endurecimento da orenança cívica de Barcelona, que proibirá a prostituição nas ruas.

Sua reivindicação é que os políticos “reconheçam a forma jurídica das trabalhadoras sexuais” e alimenta diariamente um blog ativo sobre prostituição.

Montse Neira é uma das poucas prostitutas na Espanha que atende a pessoas discapacitadas tanto psíquicas quanto fisicamente.  Pessoas em cadeiras de rodas, com sindrome de Down, com paralisia cerebral aguda, com nanismo ou outras discapacidades formam parte de sua clientela, com o que cumpre uma função social dissimulada e quase clandestina, que é atender as necessidades afetivas e sexuais deste coletivo.

Em seu livro narra, por exemplo, o caso da mãe de um garoto com síndrome de Down que lhe agradeceu enormemente o carinho que havia dedicado a seu filho. “As necessidades das pessoas discapacitadas é um aspecto qe nunca se leva em conta nos debates sobre prostituiçao, apontou a meretriz.

E por que o título de Una mala mujer? “Por três razões: porque quando meu filho soube, aos 17 anos, que cobrava por sexo, me disse que eu era má, por que a sociedade crê que as putas somos más, e por que muitos homen, quando se veem dominados pela excitação, gritam: “como você é má!”.

0079 – Puta, santa, livre

http://revistageni.org/08/puta-santa-livre/

Puta, santa, livre

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Uma breve história do feminismo abolicionista e de sua cruzada contra a prostituição. Por Marcos Visnadi

Em um artigo de 1913, a escritora e jornalista inglesa Rebecca West (1892-1983) ironizou ataques em forma de confusão conceitual contra o feminismo: “Eu mesma nunca consegui descobrir o que é, precisamente, o feminismo. Só sei que as pessoas me chamam de feminista sempre que eu expresso sentimentos diferentes dos de um capacho ou de uma prostituta”.

Na coluna O Cérvix da Questão da revista Geni número zero, Clara Lobo faz uma pergunta: “Como meninas de nove, dez anos conseguem identificar e punir vagabundas?”. Vou tentar responder um pouco essa questão neste texto, mas aqui não vou falar do machismo que mulheres não feministas reproduzem, e sim do machismo existente dentro do próprio movimento feminista.

Epa, espera aí! Machismo feminista? Bem, antes de mais nada, vale lembrar que o feminismo não é um partido político com um programa único nem tem uma carta de intenções a ser apresentada sempre que alguém perguntar “mas, afinal, o que quer o feminismo?”. O movimento feminista vem se construindo há pelo menos três séculos, digamos, desde que Olympe de Gouges escreveu a Declaração dos Direitos da Mulher e da Cidadã, em meio à Revolução Francesa e em resposta aos homens que queriam revolucionar absolutamente tudo – desde que ninguém mexesse com a submissão forçada da mulher.

Mas, afinal, o que quer o feminismo?

Basicamente, é disso que o movimento feminista trata, em qualquer parte: o fim da desigualdade entre homens e mulheres. E, enquanto o feminismo é um movimento de emancipação política, o machismo é a estrutura de dominação que sustenta essa desigualdade. Por isso, machismo e femininismo, apesar da semelhança morfológica, não são opostos conceituais. O primeiro é um sistema; o segundo, uma ferramenta para parar as engrenagens desse sistema.

Então o machismo está em toda parte, é prévio à nossa vontade e o reproduzimos sem perceber, até que adotemos voluntariamente posturas que o interrompam, que o desmontem e que rompam com a opressão de gênero. Ou seja, posturas feministas.

Os vários grupos e ramos do femininismo encontraram diferentes jeitos de lutar contra a opressão. Às vezes, esses jeitos são contraditórios entre si. Hoje em dia, por exemplo, há mulheres feministas que não admitem que homens façam parte dessa luta; há outras, contudo, que acham que qualquer pessoa pode aderir ao feminismo, pois este é uma luta política, não um dado biológico. Eu, que até agora tenho sido homem e feminista, obviamente concordo com o segundo grupo.

Mas esse é só um dos muitos exemplos de discordâncias internas que existem dentro desse movimento (e de qualquer outro, ainda bem, porque é na diversidade que crescemos, não é?). Mulheres negras e mulheres brancas sofrem o mesmo tipo de opressão? Mulheres transexuais são iguais a mulheres bissexuais? Mulheres de países árabes são mais oprimidas que mulheres de países cristãos? E as mulheres que se prostituem, são mais exploradas que as outras? A cada uma dessas questões, ativistas dão respostas muitas vezes divergentes, que merecem ser conhecidas e debatidas.

Especificamente com relação à prostituição, uma corrente de pensamento é pouco conhecida, mas dá muito pano pra manga, e seus argumentos às vezes são utilizados sem que as pessoas saibam de onde vêm. Trata-se do feminismo abolicionista.

Prostitutas na ilha da rainha

O termo remete à Federação Abolicionista Internacional, fundada na Inglaterra em 1875, quando vigoravam naquele país as Leis de Doenças Contagiosas (LDC), que obrigavam prostitutas a ser examinadas por médicos que, se constatassem alguma doença sexualmente transmissível (DST), poderiam submetê-las a uma internação compulsória de até três meses.

Essas leis, instauradas em 1864, foram feitas com a desculpa de conter epidemias de DSTs nas Forças Armadas inglesas, mas revelaram o estado de dominação a que as mulheres estavam submetidas na sociedade britânica: qualquer uma podia ser detida pela polícia, acusada de ser prostituta. E, como é de se imaginar, as punições eram destinadas apenas às mulheres, já que um homem com DST não sofria qualquer tipo de censura. Um depoimento da época mostra o estado de terror instaurado contra as mulheres:

“São os homens, e só os homens, do primeiro ao último, com quem nós temos que lidar! Para agradar um homem eu errei, no começo, e depois fui passada de um homem para outro. Policiais homens põem as mãos em nós. Por homens nós somos examinadas, manipuladas, medicadas e ordenadas. No hospital, é de novo um homem quem reza e lê a Bíblia para nós. Nós somos levadas diante de magistrados que são homens, e nós nunca nos livramos das mãos dos homens”.

As principais vozes contra as LDC se reuniram, em 1869, para formar a Ladie’s National Association (LNA), grupo que lançou, em 1870, um manifesto que daria o tom da oposição a essas leis:

“A lei enquadra ostensivamente uma certa classe de mulheres, mas, para atingir essa classe, todas as mulheres que vivem nos distritos onde vigora são submetidas a ela. Qualquer mulher pode ser arrastada até a corte e obrigada a provar que ela não é uma prostituta comum. O magistrado pode condená-la se o policial jurar que possui ‘bons motivos para crer’ que ela é uma prostituta. (…) Mulheres presas sob falsas acusações têm se aterrorizado a tal ponto com a ideia de ir ao julgamento público necessário para provar sua inocência, que têm, intimidadas pela polícia, se despojado de sua reputação e de sua liberdade, comprometendo-se com o que se chama ‘submissão voluntária’, apresentando-se periodicamente para exame médico por 12 meses”.

Assim, a LNA ganhou força ao argumentar que as Leis de Doenças Contagiosas não restringiam apenas a liberdade das prostitutas, mas a de todas as mulheres. No entanto, a argumentação que segue não se centra na liberdade das mulheres, prostitutas ou não, mas na condenação moral da prostituição. A LNA ataca não só o cerceamento às mulheres, mas também – e principalmente – a legalização da prostituição, que a lei acarreta.

“Mulheres que, por temor à prisão, foram induzidas a registrar-se como prostitutas comuns, agora seguem com seu ‘comércio’ sancionadas pelo Parlamento; e as casas onde elas congregam, contanto que os médicos do governo estejam satisfeitos com a saúde de suas internas, gozam, praticamente, de uma proteção tão completa quanto uma igreja ou uma escola.”

O prostíbulo e a igreja

As Leis de Doenças Contagiosas foram enfim revogadas no ano de 1886. Por um lado, isso representou um avanço para a organização das mulheres na Inglaterra, e as feministas britânicas ganharam projeção no resto da Europa e também nos Estados Unidos. Por outro lado, no entanto, elas continuaram sua cruzada moral contra a prostituição.

Uma das principais ativistas desse período, Josephine Butler (1828-1906), fundadora da LNA e da Federação Abolicionista Internacional, empenhou-se particularmente nessa cruzada. Burguesa, vitoriana, cristã devota, Butler advogava pela educação moral, pela castidade (particularmente a das mulheres) e pela extinção do “vício da prostituição”, como nestas palavras dirigidas por ela ao Conselho Internacional de Mulheres em Washington, em 1888:

“Não só temos visto (…) homens e mulheres de muitos idiomas unindo-se para pedir e trabalhar pela abolição da prostituição regulamentada – e, com isso, para finalmente abolir a prostituição ela mesma –, mas temos visto cidades inteiras (…) reconhecendo o crime que cometeram diante de Deus (…)”.

Josephine Butler é um exemplo de como a luta feminista, impregnada de pressupostos patriarcais, pode distorcer-se a ponto de reafirmar estruturas de dominação, em lugar de rompê-las. Não por acaso, o grupo de Butler tinha apenas mulheres burguesas e cristãs como membros, e excluía as prostitutas, considerando-as praticantes de um vício a ser controlado.

Foi só a partir dos anos 1970 que, em vários países – e associando-se internacionalmente –, prostitutas começaram a organizar seus próprios movimentos, reivindicando não a abolição, mas a legitimidade de seus trabalhos. O argumento base delas é o mesmo de boa parte de outras reivindicações feministas (como a legalização do aborto e a liberdade sexual): a mulher é livre para decidir o que fazer com seu próprio corpo, não devendo estar submetida à vontade da Igreja, do Estado, dos homens – ou mesmo de outras mulheres.

Puta não é capacho

No Brasil, a maior representante da luta pelos direitos das prostitutas é Gabriela Leite, que dá nome ao projeto de lei do deputado Jean Wyllys (Psol-RJ) que regulamenta a atividade dxs profissionais do sexo. Gabriela foi uma das primeiras a dar dimensão política à sua profissão, desmistificando os discursos de vitimização, herança do femininismo abolicionista, que tratam a mulher que se prostitui como vítima da vontade alheia, e não como sujeito de sua própria vontade.

Hoje, cem anos após Rebecca West ter escrito que ser feminista é diferente de ser um capacho ou de ser prostituta, já pudemos ouvir muitos discursos feministas de mulheres que se prostituem. Acho que metade da fala de West, contudo, ainda pode ser aproveitada: para qualquer mulher, ser feminista é expressar sentimentos diferentes dos de um capacho. Porque, para o machismo, qualquer mulher que não se submeta é, potencialmente, uma… puta.

Gabriela Leite, num discurso na Câmara Municipal do Rio de Janeiro, comenta o uso pejorativo do termo: “Puta, para as pessoas, é nada, não chega nem a ser mulher. E eu gosto muito da palavra puta, porque eu quero que um dia essa palavra se torne uma palavra bonita. Porque você não faz movimento nenhum se escondendo embaixo da mesa”.

Sem se esconder embaixo da mesa – ou do capacho –, prostitutas têm posto em xeque diversas premissas de um feminismo ainda arraigado em heranças patriarcais. Retomando a questão de Clara Lobo, eu diria que punir vagabundas e tentar salvá-las de sua vagabundice são duas faces de uma mesma moeda. E, aproveitando um grito frequente nas Marchas das Vadias, me solidarizo com as prostitutas que lutam por seus direitos: se ser puta é ser livre, somos todas putas.

*Agradeço a Cida Vieira, presidenta da Associação de Prostitutas de Minas Gerais, quem primeiro me falou do feminismo abolicionista.

PARA SABER MAIS

“Entrevista com uma meretriz”, no blog Escreva Lola Escreva. Parte 1:http://escrevalolaescreva.blogspot.com.br/2013/02/entrevista-com-uma-meretriz.html. Parte 2:http://escrevalolaescreva.blogspot.com.br/2013/02/o-feminismo-e-empoderador-para.html. Parte 3:http://escrevalolaescreva.blogspot.com.br/2013/02/a-prostituicao-que-temos-hoje-pode.html

Feminism, Marriage and the Law in Victorian England, livro de Mary Lyndon Shanley. Capítulo três, “The Campaign to Repeal the Contagious Diseases Acts”.

Obras de Josephine Butler (em inglês).

Leia outros textos de Marcos Visnadi e da seção Instrumental.

0077 – O peso de uma revista para trabalhadoras sexuais

in:http://www.mundoinvisivel.org/o-peso-de-uma-revista-para-trabalhadoras-sexuais/

O PESO DE UMA REVISTA PARA TRABALHADORAS SEXUAIS

O que um grupo de ativistas de direitos das trabalhadoras aprenderam ao iniciar uma publicação para dar voz às pessoas na indústria do sexo.

Hawk Kinkaid/$pread

Nos últimos dias do verão de 2007, uma mãe solteira de 20 anos em North Philadelphia concordou em se encontrar com um homem chamado Dominique Gindraw depois que ele respondeu ao anúncio de sua agência de acompanhantes na Craigslist. O acordo inicial era de $ 150 para uma hora de sexo. Gindraw mais tarde propôs que seu amigo participasse, e a mulher concordou, por $ 100 a mais. Ele deu-lhe um endereço que ela acreditava ser a sua casa, mas quando ela apareceu, era uma propriedade abandonada. Por sua conta, o amigo de Gindraw apresentou-se com outros três homens, pelo menos, um dos quais tinha uma arma, e passaram a estuprá-la.

Quando o caso foi a julgamento no mês seguinte, a juíza Teresa Carr Deni rebaixou as acusações de estupro e agressão ao “assalto à mão armada por roubo de serviços.” Deni explicou ao Philadelphia Daily News no momento que, porque a mulher trabalhava como prostituta, julgar o caso como estupro seria “minimizar casos de estupro verdadeiros e humilhar as mulheres que são realmente estupradas”.

Esta interpretação da lei, mais incisivamente a idéia de que a profissão de uma pessoa é relevante para a definição de estupro, atraiu a ira do movimento peos direitos das trabalhadoras sexuais, bem como o Philadelphia Bar Association (A Philadelphia Bar Association, fundada em 1802, é a mais antiga associação de advogados nos Estados Unidos. É a pedra angular nos desenvolvimentos em curso dos sistemas jurídicos da Filadélfia e Pensilvânia) . Seu chanceler, Jane Leslie Dalton, repreendeu Deni, dizendo: “A vítima foi brutalizada duas vezes neste caso, pela primeira vez pelos assaltantes, e agora pelo tribunal. Não podemos imaginar quaisquer circunstâncias mais violenta ou coercitiva do que ser forçada a fazer sexo com quatro homens com uma arma. “Ainda assim, Deni foi reeleito no mesmo ano, e novamente em 2013.

Estes acontecimentos foram narrados nas páginas da Revista $pread em 2008. Protestando contra a falta de justiça para a vítima, a escritora Catherine Plato também ressaltou o perigo em deixar um suposto estuprador armado sair impune, um gesto que acaba sendo um pequeno convite a estuprar novamente. O caso todo, ela argumentou, foi baseado na marginalização das trabalhadoras sexuais. A história de Plato é uma das muitas que aparecem em uma antologia lançada neste mês de trabalho mais memorável e importante de $pread. O livro elogia a revista, que publicou a sua última edição em 2011, e foi inteiramente por e para profissionais do sexo e “aliados”.

Sua vida foi breve, mas influente, em um momento particularmente volátil para a percepção pública da indústria. $pread contou histórias como a de Plato, que destacaram as injustiças, mas também contou histórias do dia-a-dia, com um olho para a construção da comunidade em uma indústria em que as trabalhadoras são notoriamente isoladas, mal compreendidas, e de suas respectivas representantes na política e na mídia.

Rachel Aimee, uma ativista atenta em organizações pelos direitos das trabalhadoras sexuais, conheceu as que viriam a ser as outras co-fundadoras  de $pread, Rebecca Lynn e Raven Strega através do movimento, em Nova York, na primavera de 2004. Enquanto organizavam um evento para as prostitutas de Nova York, conversaram sobre sua frustração em ver as trabalhadoras sexuais estigmatizadas e estereotipadas na mídia. “Na maioria dos casos (as matérias) são sensacionalistas, e em geral ao extremo”, Aimee me falou. “É ou o atendimento da menina de classe alta que faz sexo a 1.000 dólares a hora, ou a vítima viciada em drogas obrigada a trabalhar na rua.”

“Os jornalistas não têm interesse, pareceu-nos, em ir atrás de opiniões reais das profissionais do sexo sobre qualquer coisa”, disse Eliyanna Kaiser, uma ex-editora executiva de $pread. “Se há uma história, se há sobre prostituição, haveria até alguns pitacos de prostitutas, mas eles não estavam realmente a falar com elas. Eles não estavam indo questioná-las. E se fossem, eles não estavam indo para dar às respostas a mesma credibilidade que dariam se estivessem fazendo perguntas a alguém de outro setor. Na cultura pop, elas não eram pessoas com opiniões e idéias e uma história própria para contar. Era menos sobre palavras ou tom e mais sobre apenas desumanização.”

Então Aimee, Lynn, e Strega se propuseram a criar uma plataforma onde as trabalhadoras sexuais pudessem falam por si. “Tínhamos lido alguns relatos em primeira mão feitos por profissionais do sexo, mas a maior parte era acadêmico”, disse Aimee, que foi por quatro anos editora-chefe de $pread. “Queríamos criar algo mais acessível, e que estaria disponível para uma ampla gama de trabalhadoras sexuais não apenas as trabalhadoras que acontece de estarem estudando.”

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A primeira edição saiu em 16 de março de 2005 em uma festa que anunciava a primeira playmate da Playboy assumidamente lésbica como hostess. Ela não apareceu. Mas imprensa estava ansiosa para descobrir, ao que parecia, com o que uma revista “por e para as trabalhadoras sexuais” parecia. “Nós não atendíamos às expectativas de conteúdo obsceno”, recorda Aimee e as co-editoras Kaiser e Audacia Ray no livro. Disseram ao Time Out New York que $pread “não teve a intenção de despertar, mas as pessoas são despertadas por todos os tipos de coisas, talvez por isso alguém vai ser despertado por profissionais do sexo que lutam por justiça social.”

$Pread cobriu os aspectos do negócio da indústria ao lado do mundane- “assim como nove às fivers, profissionais do sexo experimentar chefes estúpidos, regras arbitrárias e relações complicadas com colegas de trabalho”, não apenas a política, ou as tragédias que tornaram mainstream news . A primeira edição contou com artigos sobre a negociação do sexo seguro e uma análise da representação das mulheres negras em pornografia. Questões posteriores incluíram avaliações de lubrificante e batom, colunas de saúde e conselhos, e histórias de questões trabalhistas. Depois de seu primeiro ano de existência, $ pread ganhou o Utne Reader Independent Press Award de Melhor Novo Título. No livro, os editores lembram da importância da validação: “Eles pensam que somos uma revista real!” Por sua emissão final, quando os editores elogiaram $pread, seu tom foi mais afirmativo: “Porque muitos profissionais do sexo saem do isolamento, o mundo mudou. Nós não sentimos nenhuma arrogância ao dizer isto. Vimos isso mudar.”
A comunidade LGBT foi um dos aliados mais consistentes da revista, os editores recordam no livro “, em parte porque ambas as nossas comunidades enfrentam estigma por causa da discriminação com base no género e sexualidade, e em parte porque um número desproporcionalmente grande de LGBTQ são pessoas que trabalharam nos comércios de sexo “. A relação da revista com as feministas, porém, foi muito mais complicada.

Conversei com Aimee e Kaiser sobre a sua experiência; o que a revista alcançou; e o que não aconteceu. Kaiser está atualmente criando seus filhos em Manhattan. Aimee também é agora mãe, e um editora freelance, e ela é ativista pelos direitos dos strippers com o grupo de defesa We Are Dancers. A conversa que se segue foi condensada e levemente editada.

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Hamblin: A existência de uma revista por e para as trabalhadoras sexuais (e aliados) foi baseada na legitimação da indústria, mas você estava em uma conferência nacional dos direitos dos profissionais do sexo, em 2006, e foi-lhe solicitado a assinar uma declaração sobre a descriminalização da prostituição – e você disse que não.

Aimee: E as pessoas pensaram que estávamos loucas.

Kaiser: Se nós estávamos trabalhando para ser verdadeiramente uma plataforma para que qualquer um na indústria do sexo pudesse falar sobre suas vidas e seu ponto de vista, nós tínhamos que ter certeza de não haver qualquer indício de preconceito dos editores. O que nós acabamos por ser era definitivamente inclinado sobre o lado de escolha e de empoderamento e direitos trabalhistas, ficando longe do quadro de vítima. Mas publicamos coisas com as quais não concordávamos muitas vezes.

Aimee: Eu entrevistei Tracy Quan, que é uma garota de programa e ex-romancista, sobre sua escrita. E ela é muito francamente anti-feminista. Temos uma carta de uma das fundadoras e ex-editoras da revista Bitch, e ela ficou horrorizada que eu tivesse permitido que Tracy dizesse isso. Nossa resposta foi, assim… a nossa revista é uma plataforma para as trabalhadoras sexuais, independentemente da sua perspectiva sobre qualquer coisa. Mesmo que eu me identifique como uma feminista e muitas de nossa equipe o façam, nós não diríamos: “Esta é uma revista para as trabalhadoras sexuais feministas.” Isso foi muito importante para nós.

Kaiser: Havia um sentimento geral dentro do movimento dos direitos das trabalhadoras sexuais na época em que começamos a publicação de que nós estávamos, enquanto movimento, em uma posição defensiva. Dentro do contexto do debate feminista em torno do trabalho sexual, há uma dicotomia escolha X coerção que ainda é muito difícil de navegar para as ativistas de direitos das trabalhadoras sexuais.

Erin Siegal/$pread

Olhando para trás, um monte de pessoas que estavam escrevendo para a revista, por mais privilegiados que fossem, estavam na defensiva nos primeiros anos de publicação. Nosso conteúdo foi definitivamente inclinando em direção à escolha: deixar as feministas que estão lendo este saber que as trabalhadoras sexuais são seres humanos autônomos que tomam decisões, que você não pode simplesmente tratar como vítimas.

Aimee: Houve uma reunião em que percebemos: temos de encontrar algumas pessoas para escrever sobre suas experiências negativas, e por que elas não gostam de seu trabalho. Porque elas não eram representadas.

Kaiser: Eu acho que contribuiu para diferentes grupos de pessoas que tiveram experiências menos empoderadas ler a revista e pensar: talvez essa comunidade não seja para mim. Isso cria mais nuances com o passar do tempo.

Hamblin: Eu provavelmente deveria pedir-lhe para definir o trabalho sexual como você usa o termo.

Kaiser: Trabalho sexual é um termo cunhado por Carol Leigh, em 1978, como um termo “guarda-chuva” que reúne pessoas que de algum modo trocam trabalho erótico por algo de valor, se isso é dinheiro ou outra coisa. Assim que engloba strippers, prostitutas, pessoas na indústria da pornografia, sexo por telefone, dominação profissional – é uma lista bastante longa. Eu acho que um monte de gente pode ver as mudanças lingüísticas como algo que foi feito para ser educado, como uma maneira mais agradável de dizer prostituta. Mas foi realmente um projeto de construção de uma comunidade política. Foi uma maneira de dizer que todas essas pessoas têm algo em comum, e não há um estigma compartilhado aqui.

A palavra trabalho chegou ao coração de um ponto político que estava tentando se construir: que as pessoas nesta indústria são trabalhadoras, e seus problemas são questões trabalhistas. Agora é quase mais comum ouvir as pessoas nos meios de comunicação falarem das trabalhadoras sexuais que qualquer outra coisa. Normalmente, eles só dizem isso como um sinônimo de prostituta- não especificam se é um outro tipo de trabalho sexual. Ironicamente nós (no movimento dos direitos das trabalhadoras sexuais) já começamos a questionar nos últimos anos, se é ou não é o melhor termo. Porque nem todo mundo se sente confortável com ele. Muitas pessoas não pensam nisso como trabalho. Outros, por razões de criminalidade ou estigma, não gostam de ser associadas a cada elemento do termo. Por exemplo, nem todas as strippers querem que as pessoas pensem que possa ser uma prostituta.

Hamblin: Você optou por publicar revista impressa em um momento interessante.

Kaiser: Isso é falar o mínimo. Nós nunca poderíamos nos dar ao luxo de ter uma equipe assalariada, e nós nunca poderíamos nos dar ao luxo de fazer algo mais do que esse projeto de voluntários que ameaçou queimar-nos e tomar conta de nossas vidas.

Hamblin: Você escreve sobre como a incapacidade de pagar pessoas capazes de escrever para a revista influenciou. Eu acho que a queda das taxas de remuneração para os escritores é um problema em todo o jornalismo, em que se diz que tudo o que se pode é aceitar cachês freelance parcos e estágios não remunerados para subir na carreira. Uma grande parte de suas despesas estava amarrada à publicação de revistas com custo de impressão alto, o que acabou limitando quem você ouviu nas páginas…

Kaiser: Uma das razões reais é que queríamos que fosse uma revista impressa, física – isso pode soar estranho mas era psicologicamente importante para sua realização. Para as trabalhadoras sexuais, era importante chegar em uma livraria e vê-la nas prateleiras. Era entregue pelo correio, e as pessoas podiam tocá-la e perceber que foi sua comunidade que a produziu.

Também queríamos que fosse algo que as pessoas pudessem passar adiante e compartilhar com seus colegas de trabalho. Quando pensamos sobre os tipos de revistas que as trabalhadoras sexuais tem em clubes de strip ou bordéis, a coisa que começou a aparecer foi, principalmente, revistas femininas. E é claro que nem todos os trabalhadores do sexo são mulheres ou leem Cosmo, mas isso é o havia nos locais de trabalho sexual. Em pesquisa com os leitores descobrimos que as pessoas estavam passando $pread entre si a uma taxa anormalmente elevada. Lotes de revistas tem, como parte de seus números de circulação, um ponto de quantas pessoas trocam informações sobre um determinado assunto. O nosso foi em cinco ou seis pessoas por cópia. Então essa parte realmente funcionou para nós.

Hamblin: Você escreve, também, sobre como e porque você só ouviu pessoas que estavam financeiramente seguras o suficiente para escrever de graça, você só chegou a leitores de certo privilégio, pelo menos inicialmente. Parece que você se propôs a construir uma comunidade, mas acabou em alguns aspectos destacando a diversidade dentro dessa comunidade – pessoas de todas as orientações sexuais e identidade de gênero, estrato econômico e educacional, tipos de trabalho sexual, et cetera. Como você foi capaz de chegar a uma voz editorial mais multidimensional?

Aimee: A revista foi fundada por três mulheres cisgêneras, brancas e com formação superior. Nós principalmente recrutamos através de nossas próprias redes sociais, e isso perpetuou a ideia de que havia preconceito em nossa liderança. De certa forma, o que eu amei sobre a revista foi que nós saltamos totalmente sem saber o que estávamos fazendo e não tendo nenhum dinheiro. Mas, ao mesmo tempo, se tivéssemos planejado o que estávamos fazendo com antecedência e garantido algum financiamento para nos permitir pagar pessoal, poderíamos ter sido capazes de fazer um trabalho melhor em alcançar além de nossas próprias redes.

Quando enviamos caixas de revistas para organizações sociais de trabalhadoras sexuais de baixa renda incluíamos folhetos incentivando as pessoas a colaborar com a revista. Queríamos que eles fossem capazes de contribuir, mesmo sem experiência de escrever peças de revistas. Então montamos um grupo de colunas que pensamos que ajudariam a tornar a revista mais acessível para que as pessoas contribuíssem. Tivemos uma coluna chamada Double Take, que era basicamente uma coluna de estilo onde as pessoas tiravam fotos de si mesmas em seus equipamentos de trabalho e em suas roupas normais e, em seguida, respondiam perguntas curtas, do tipo como você descreveria sua personalidade e sua persona profissional. Outro foi Relatório Cena, que era apenas um lugar para histórias sobre o dia-a-dia das pessoas. E depois tivemos Proposta Indecente, que era uma coluna ilustrada regular, onde as trabalhadoras sexuaisescreviam sobre a coisa mais estranha que um cliente pediu-lhes para fazer.

Hamblin: Como a mídia em torno do movimento dos direitos das trabalhadoras sexuais mudou desde a sua primeira edição em 2005?

Aimee: Agora há muito mais lá fora, por causa da Internet. Tits e Sass, um site por e para os trabalhadores do sexo que tem colunas regulares (Furballs e divertido, Stripper Música Segunda-feira, citação da semana), que tipo de sequência ao $ pread de uma forma, e, na verdade, foi iniciada por alguns dos ex-editores de US $ pread. E também há Hook Online, que é feito por e para homens na indústria do sexo, e que é administrado por um dos ex-diretores de arte de $pread, e a revista literária impressa e em ebook chamada Prose & Lore.

Hamblin: Cite uma peça que você esteja especialmente orgulhoso de ter publicado..

Kaiser: Eu morei em Vancouver por um longo tempo antes de me mudar para Nova York, e durante o tempo em que eu morava lá, houve um serial killer que matou muitas trabalhadoras sexuais. Mesmo  tendo passado muitos anos, quando publicamos uma história sobre, Robert Pickton já havia sido preso sob a acusação de matar quase 50 mulheres (ele foi mais tarde condenado por seis dos assassinatos), a maioria das quais eram First Nations. (Nota do editor: Mais de 1.200 mulheres First Nations foram registrados como mortas ou desaparecidas no Canadá nos últimos 30 anos.)

Publicamos um artigo chamado “O unicórnio e o corvo”, baseada em um conto de fadas folclórico dos  First Nations, e era exatamente sobre como cuidar de si em comunidades. Eu senti que ele realmente afastou a mídia sensacionalista em torno deste caso e trouxe-o para um nível humano, e falou sobre isso de uma forma que foi culturalmente relacionado com as pessoas que tinham morrido. Fiquei extremamente orgulhosos de publicar isso.

Aimee: Eu ia falar sobre o artigo de Lynn Tansey “Não tenho nada a dizer” sobre a sua experiência de ter que matar um john (*cliente) em legítima defesa. Mas se Eliyanna fala sobre a violência, eu estou pensando que eu deveria escolher um artigo que não fosse. Caso contrário, as pessoas pensarão que todo o livro é sobre violência.

Kaiser: É apenas um capítulo.

Aimee: Okay, eu estou indo para ir com uma peça chamada “Stripping While Brown” por Mona Salim, que é basicamente a sua experiência de ser uma das poucas mulheres do sul da Ásia que trabalham nos clubes de strip em Nova York. Ela só tem um monte de citações e anedotas sobre as coisas que os clientes, outras strippers e gerentes disseram sobre questões de raça, e ela tem um monte de histórias engraçadas. Ou casos que acabaram por se tornar engraçados, mesmo que eles não tenham sido engraçado no momento.

Hamblin: A mídia mainstream está melhorando em representar perspectivas?

Kaiser: Há aborrecimentos como assistir Katha Pollitt entrevistar Melissa Gira Grant sobre o seu Jogando a Prostituta no The Nation. Ou Nicholas Kristof no The New York Times tentando contornar as críticas válidas de sua narrativa de resgate paternalista. Há um monte de coisas que talvez não importem realmente em termos da vida diária das pessoas e isso é incrivelmente frustrante.

Em termos de política, agora os problemas que o movimento dos direitos dos profissionais do sexo está tendo envolve a questão do tráfico. Há uma fusão completa entre prostituição e tráfico. Eles são inseparáveis legalmente em uma série de maneiras, e não há capacidade entre os políticos eleitos e a maioria dos grupos de defesa feministas para absorver qualquer crítica em projetos e propostas que são rotulados como projetos de tráfico, mesmo que também impactem a prostituição não coercitiva.

Hamblin: Que algumas pessoas argumentam não é algo..

Kaiser: Alguns, e uma grande parte do tempo, que a falta de nuance realmente afeta negativamente a vida das pessoas. Certamente, ninguém está perguntando às trabalhadoras sexuais se essas políticas são uma boa idéia.

0045 – E as putas, o que querem?

8 de março – Dia Internacional da Mulher
E as putas, o que querem??

Lá se vão já uns bons 9 anos da primeira vez em que recusei flores virtuais pela passagem do 8 de março. O Orkut engatinhava, minha conta era recente e ainda assim, lotada de amigos – muitos deles reagiram com xingamentos à minha manifestação contrária ao cinismo reinante naquele Dia Internacional da Mulher. Reação bastante coerente, aliás – recuse-se a receber flores e a empatia acaba. Mandei-os longe e fui cuidar da vida. Pra mim, pouco ou nada havia a comemorar: violência era constante em minha vida de casada, do mesmo modo em que constante foi em minha infância e nas vidas das mulheres à minha volta. Nós ainda não tínhamos a lei Maria da Penha – fui das primeiras a recorrer a ela aqui no RS e não me envergonho. Se hoje as coisas são ainda complicadas e questionamos a eficácia da lei em nos proteger, posso garantir a quem não lembra que antes dela era bem pior.
Nove anos depois cá estou, escrevendo sobre o 8 de maio a partir de outra perspectiva: a perspectiva de uma trabalhadora sexual, atividade que exerço atualmente. E percebo que, enquanto as outras mulheres tem suas lutas dignas e claras, como salários iguais e reconhecimento de seus espaços, a nós ainda falta o passo fundamental: o reconhecimento de nossa condição de mulheres E trabalhadoras sexuais. Se podemos dizer que o feminismo é a ideia radical de que mulheres são gente, nós estamos num ponto ainda mais delicado da luta: a defesa da ideia ainda mais radical de que prostitutas são mulheres. Nem vítimas, nem aliadas do patriarcado – mulheres, trabalhadoras, mães e filhas. Gente.
Das primeiras coisas que nos vem à cabeça quando falamos em direitos das prostitutas são reconhecimento e direitos trabalhistas. Que sim, são importantes, sem dúvida – mas não mais importantes que a luta contra o estigma. Sem romper com o preconceito, de nada adianta o PL Gabriela Leite ser aprovado: quem, quantas mulheres, se registrariam como prostitutas, quando sua condição mesmo de trabalhadoras soa como ofensa? Quantas de nós corajosamente se declarariam prostitutas na hora de matricular os filhos? Os filhos dessas poucas, que preço pagariam por este nosso ‘atrevimento’?
Sobre o PL, apenas de passagem, lembro que ele é muito positivo. Garantir que passemos a atuar em locais legalizados, e não mais clandestinos, é um grande passo: pararíamos de trabalhar para criminosos. Ironizem: “os cafetões passarão a ser empresários, então..” No momento seguinte, troquem de lugar comigo, imaginem seus próprios patrões como criminosos: quem sabe a dona da estética da esquina, que emprega tantas manicures. Ou o seu João do mercadinho: e se, ao invés de empregador, fosse ele criminoso (num mundo hipotético onde vender feijão fosse crime), e tu, a caixa? Seriam os teus direitos de trabalhadora respeitados, seria teu direito ao trabalho e sustento assegurado? Parece-me que não. Pois é assim que estamos nós no mundo do trabalho – com o agravante de que sequer podemos atuar junto com colegas: o direito de associação em cooperativa é assegurado pela nossa Constituição a todas as trabalhadoras, exceto às trabalhadoras sexuais. O Código Penal é claro: prostitutas organizadas em cooperativas estão cometendo um crime, o crime de associação para a prostituição.
De resto, o PL não prevê direitos trabalhistas; prevê a criação de cooperativas (olha que ótimo: no parágrafo anterior, éramos criminosas – aqui, deixamos de sê-lo!), e a aposentadoria especial aos 25 anos de contribuição. Conquista importantíssima, mas com uma pequena armadilha embutida: a aposentadoria especial requer que se pague uma contribuição maior. A maioria de nós exerce este trabalho quando não de modo eventual, de modo bastante precário – o que torna a ideia de contribuição regular com vistas à aposentadoria algo, sim, desejável, mas fora de alcance.
O caminho das prostitutas, então, segue longo e pedregoso. Ainda mais importante que a conquista de direitos trabalhistas segue sendo romper com o estigma. Nem vítimas, nem vilãs – mulheres, apenas. Mulheres como tu, mulher que me lês: juntas. Neste 8 de março, transgrida: passe a enxergar as prostitutas como irmãs.

* Este texto reflete posição pessoal minha, Monique Prada, trabalhadora sexual sem vínculo com nenhuma associação de prostitutas (ao menos até o presente momento). Atuo em Porto Alegre e São Paulo, e também como co-editora de www.mundoinvisivel.org

Foto de A Cortesã Moderna.
Foto de A Cortesã Moderna.
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